Red Ogre Belgriff – Capitulo 9

-Esto debe ser un sueño-

Esto debe ser un sueño, pensó Belgriff mientras miraba a la oscuridad desde arriba. Su cuerpo no respondió, no pudo moverse de donde se encontraba. A pesar de la oscuridad, su visión no había sido afectada. A primera vista, el interior de ese lugar parecía ser el de un calabozo.

Después de un rato, él pudo escuchar los pasos de varias personas acercándose. Era un grupo de aventureros y todos ellos parecían muy jóvenes, de apenas unos dieciocho o diecisiete años. Llevaban equipo bastante nuevo, cada uno llevaba sus propias armas y avanzaban con pasos llenos de confianza y expectativas. Esos eran los firmes pasos de la juventud.

Un joven con cabello color pajizo caminaba en frente del grupo, su cara reflejaba una mente inteligente. El joven estaba hablando con la gente detrás de él, la conversación parecía bastante acalorada a pesar del hecho que hablaban en voz baja. Detrás del líder, un chico pelirrojo respondió con una sonrisa amarga en su rostro. Mientras una joven con el cabello plateado y un chico con cabello castaño los siguieron con sonrisas florecientes.

“¡Cuidado!”

Quiso gritar Belgriff. Pero las palabras no salieron de su boca. El joven grupo continuó avanzando mientras reían alegremente. Belgriff finalmente logró advertirles, intentando detener su avance, pero su voz no los alcanzó.

Eventualmente, “eso” salió de la oscuridad y se abalanzó sobre el joven que se encontraba al frente. En su sorpresa, trató de sacar su espada, pero su movimiento inicial fue lento y era impensable que lo hiciera a tiempo. En ese momento, el chico pelirrojo dio un paso adelante y empujó al chico rubio a un lado…

Belgriff se despierta con un dolor agudo en su pierna derecha, a pesar que ya no se encontraba ahí.

* * *

Una gran cantidad de nieve cae del cielo, formando una alfombra que parece absorber cada sonido. De hecho, todo está demasiado tranquilo. Nada se oye, a parte del sonido de la leña quemándose en la chimenea y una tetera chisporroteante que colgaba sobre el fuego.

A pesar de la cantidad de nubes, el cielo está molestamente brillante. Por eso, la nieve es tan blanca que lastima los ojos.

Belgriff está sentado en una silla junto a la chimenea, cardando un poco de lana de oveja. Con un clima como este, no hay mucho que hacer afuera. Lo más importante es remover la nieve que se acumuló en el techo de la casa y en el camino que lleva a la ciudad, aparte de eso, Belgriff deja su casa de rato en rato para recolectar más madera. Sin embargo, si sigue nevando, incluso esas tareas simples se volverán bastante difíciles. Durante el invierno, las labores se llevan a cabo dentro de la casa, los granos se separan y la lana se carda.

En Tornela, muchas casas tienen ovejas. La casa de Kerry, por ejemplo, tiene muchos animales e incluso un taller para cardar la lana. Mientras en otras casas, se trabaja la lana en un lugar y entonces es llevada a otro para tejer y confeccionar ropa. Aunque Belgriff no tiene ovejas, Kerry siempre separa algo de lana y se la da. La misma que usaba para formar una cuerda. Así puede, más tarde, convertirse en hilo.

Han sido cuatro meses desde que empezó a hacer trabajos como estos. Ya es tiempo de comenzar a ver algunos signos de la primavera aproximándose, pero en este lugar, la nieve parece querer detenerse pronto.

“…Ha.”

Belgriff deja a un lado la lana, se levante y comienza a temblar inesperadamente. A pesar del hecho que la chimenea arde intensamente, la nieve acumulada parece estar congelando todo lo que la rodea.

Es casi medio día.

Belgriff toma un trozo de madera y lo pone en la chimenea, con un *crack*, una chispa sale. Luego, él toma un recipiente que ha dejado sobre el fuego. Cuando remueve la tapa, se puede ver un pedazo de masa ligeramente inflado. La levadura no parece funcionar bien con este frío. Belgriff amasa la masa ligeramente, la rebana un par de veces y la moldea. Después de eso, toma los trozos, los mezcla con un poco de aceite, los devuelve al recipiente y, después de cubrirlo con la tapa, lo coloca de nuevo sobre el fuego.

En una cacerola colocada al lado, algunos frijoles y estofado de carne seca se cocinan lentamente.

“Realmente está tranquilo…”

Murmura Belgriff mientras se frota la barba.

Es el quinto invierno desde que Angeline se fue.

Cuando todavía estaba en casa, se quedaría con Belgriff siempre que nevara. Sus manos y pies se enfriarían fácilmente, cuando el clima era como el de ahora, ella se metía en cama de Belgriff, quién siempre estaba sorprendido por la frialdad de sus extremidades. Durante esas noches frías de insomnio, él se sentaba junto a la chimenea, colocaba a Angeline en sus rodillas y leía el mismo libro de ilustraciones una y otra vez.

Después de pensar en todo eso, Belgriff toma una comida ligera de pan y estofado.

Cuando los platos están limpios, el coloca una raqueta especial en su prótesis, se pone guantes, un abrigo, bufanda, un sombrero que cubre sus orejas y sale. Aunque nevó solo por la mañana, el jardín está completamente cubierto de blanco. Además, un gran número de carámbanos de diferentes tamaños cuelgas de los aleros.

Belgriff camina por el campo de nieve transportando madera del depósito hasta su casa. Entonces, abre una trampilla que estaba escondida bajo la nieve. Dentro del suelo excavado, hay papas y rábanos que se conservan en un manto de paja.

“Hmm… están un poco congelados”.

Los que están más cerca de la superficie han sufrido debido al aire frío. Pone a un lado a los que están en peores condiciones y toma algunos que parecen comestibles. Entonces separa más paja del establo y la pone sobre los vegetales. Después de eso, cierra la trampilla. La comida que tiene almacenada para el invierno se había reducido drásticamente.

“Incluso algo como esto lleva mucho tiempo…”

Después de regresar a casa, Belgriff se sirve un vaso de agua caliente de la tetera y lo mezcla con un poco de licor destilado. El aroma del licor se eleva y apuñala la parte posterior de su nariz. Y cuando lo bebe lentamente, el interior de su cuerpo finalmente se calienta.

“Bueno, hora de irse”.

Belgriff pone su espada en su cadera y camina fuera de su casa con un largo bastón en la mano.

Incluso si estos días fríos no parecen terminar, Belgriff sigue haciendo sus paseos y patrullas por el pueblo todos los días. La mayoría de los animales hibernan durante el invierno, pero ese no es siempre el caso de las bestias mágicas, que podrían aprovechar el frío para acercarse a la aldea. Belgriff no lo vio, pero al parecer, un Lobo de Hielo se había acercado a la aldea durante el verano. Está claro que el número de bestias mágicas es mucho mayor que en años anteriores. Y durante el invierno, es normal que los malos espíritus de hielo se acerquen a lugares poblados, por lo que es una buena idea tener cuidado.

Cuando su aliento atraviesa la bufanda se convierte en niebla blanca, que vuela por el aire durante un rato antes de desaparecer. Si no hubiera colocado la raqueta de nieve especial, la punta afilada de su prótesis se hundiría en la nieve.

“Hoy es más frío que otros días. También tengo que quitar algo de nieve poco a poco”.

No hay niños jugando debido al clima intolerable. Belgriff camina por la ciudad utilizando la cerca apenas visible como guía, teniendo cuidado de no pisar los campos de cultivo. El campo de trigo fuera de la ciudad está completamente cubierto y no es más que un valle de color plateado. Bajo la nieve, los brotes de trigo crecen silenciosamente soportando el frío, esperando que termine el invierno.

Las montañas y bosques distantes están cubiertos de nieve. Al ver esto, Belgriff recuerda cómo solía hacer estas caminatas con Angeline en el pasado. Ella siempre tenía las mejillas rojas y la nariz empapada, pero nunca se quejaría de nada mientras lo seguía.

Los hombros de Belgriff temblaron levemente y retiró con calma la nieve que se había acumulado en ellos sin que él lo notara. Luego él exhala pesadamente y observa mientras la niebla blanca desaparece con el viento.

De repente, siente una presencia detrás suyo y rápidamente se da la vuelta mientras entrecierra los ojos.

Él ve varias figuras pequeñas a las afueras de la ciudad. Hay alrededor de seis de ellas, sosteniendo sus manos y formando un pequeño círculo, moviéndose como si estuvieran bailando. También escucha claramente una canción, a diferencia de todo lo que ha escuchado antes.

Belgriff se acerca silenciosamente mientras sostiene la empuñadura de su espada.

Una vez que está cerca, se hace evidente que las figuras danzantes son niños. Parecen tener alrededor de 7 a 8 años. Llevan ropa blanca como la nieve y sombreros peludos que combinan con sus trajes. Aunque el baile parece casi frenético, al mirar de cerca, se da cuenta de que sus pies no tocan el suelo y no dejan huellas mientras bailan.

“¿Yukinko?”

Dice Belgriff mientras quita la mano de su espada.

Hay muchos tipos de espíritus de hielo. Algunos son peligrosos para los humanos, otros son inofensivos y otros son similares a fenómenos naturales. Los Yukinko pertenecen a este último grupo. Estos chicos, o posiblemente chicas, son como la representación del invierno. No favorecen a los humanos, pero tampoco le son hostiles. Por ahora, lo mejor por hacer es mantener la calma y no molestarlos.

Belgriff mira la danza de los Yukinko por un rato. Resulta ser todo un espectáculo, incluso parece generar aún más tranquilidad en los alrededores. Después de descubrir que no hay peligro inmediato, la escena se convierte en algo mágico.

Repentinamente, un fuerte viento comienza a soplar, la nieve se arremolina violentamente. Belgriff involuntariamente cierra sus ojos y cubre su cara con sus brazos.

“Wow…”

El viento ruge por un corto tiempo y luego se apaga como si nada hubiera pasado y la nieve cae nuevamente sin ser perturbada. Todo ha quedado en silencio una vez más. En ese momento, Belgriff ve una figura alta al otro lado de los Yukinko.

Es la figura de una mujer. Ella es alta y delgada, lleva un abrigo blanco puro y se cubre la cabeza con un sombrero de piel. Ella tiene una cara hermosa, pero su expresión parece algo inhumana. En los alrededores, hay otros 10 o 12 Yukinko, diferentes de los que, hasta hace un momento, bailaban.

“La dama del invierno”

Murmura Belgriff.

Ella es la madre de todos los Yukinko y es la existencia que puede ser considerarse como la encarnación del invierno mismo. Es extremadamente raro incluso verla, no hay manera de vencerla. Porque sería como si alguien quisiera eliminar el invierno de este mundo.

Pero Belgriff no siente miedo.

La dama de invierno es como la naturaleza, como los Yukinko, ella no favorece ni odia a los humanos. Lo que es más, Belgriff ya se ha encontrado este espíritu poderoso una vez, antes.

La dama miró fijamente a Belgriff.

“Has envejecido en muy poco tiempo”

Una voz fría y solemne llega a sus oídos. Pero no sabe si salió de su boca o si se generó directamente de la atmosfera.

Para ella, una existencia que vive por la eternidad, los seres humanos mueren en un abrir y cerrar de ojos. Belgriff se torció la barba con una sonrisa amarga.

“Por favor, no midas el tiempo desde tu perspectiva, eterna dama. Han pasado diez años”

La dama parece sorprendida con la declaración de Belgriff.

“¿Diez años?”

“La temporada ha llegado alrededor de diez veces ya. Pero para ti, quien solo conoce el invierno, es difícil darse cuenta”.

“Sus vidas pasan bastante rápido, no? Pero, por qué volviste a salir con este frío?”

“Estoy patrullando, los humanos tienen miedo de las bestias mágicas… Aunque, si estás aquí, no tengo de qué preocuparme…”

La dama de invierno no hace daño ni ayuda a las bestias mágicas. Es como si, desde un principio, ella no estuviera interesada en ellos. Pero las bestias mágicas están aterrorizadas de ella. Su fuerza era comparable a la de una bestia mágica de rango S. Por lo tanto, es seguro decir que las bestias mágicas no causarán problemas mientras la dama del invierno esté aquí. Sin embargo, la acompañan las tormentas de nieve y el clima frío, lo cual también puede representar grandes problemas.

Belgriff apoya todo su peso en su bastón. Aparentemente salir de patrulla ha sido una pérdida de tiempo. Pero volvió a encontrarse con la Dama de invierno y pudo recordar lo que sucedió hace diez años.

La estrella de Yukinko baila en círculos aún más grandes.

“¿Dónde está la pequeña mortal?”

Pregunta la Dama del invierno mientras mira a sus propios hijos

“¿No acabo de mencionar que ya han pasado diez años? Se mudó a la capital y se independizó, se ha convertido en una gran aventurera.

“Ustedes los mortales siempre con prisa”

“Bueno, tal vez usted es demasiado despreocupada”

“Todavía creo que nos conocimos hace unos días… Por cierto, ¿por qué me apuntaste con tu espada en ese momento?”

Hace diez años, cuando él conoció a la Dama del Invierno por primera vez, se colocó frente a ella blandiendo su espada para proteger a Angeline. La dama, que desde un principio parecía desinteresada, detuvo su ataque con un solo dedo.

Una sonrisa de frustración aparece en la cara de Belgriff al recordar eso.

“Estaba tratando de proteger a mi pequeña niña porque pensé que eras una bestia mágica”

“Ah, ¿entonces es así…?”

Hay una bestia mágica de rango S conocida como la Reina de Hielo. Ella luce como una hermosa mujer, pero es una bestia mágica extremadamente peligrosa que odia a los humanos. Conocerla es tan difícil como ver a la Dama del Invierno, y como ambos responden con ataques despiadados cuando se enfrentan, la mayoría de aventureros no pueden distinguir la diferencia entre ellas y terminan confundiéndolas. Ni siquiera Belgriff podría diferenciarlas en ese momento.

Después del encuentro, uno de los ancianos del pueblo le enseño sobre la Dama del Invierno. Luego, Belgriff, no pudo evitar sentirse avergonzado por sus prejuicios y mente estrecha.

Belgriff se quitó sus guantes y respiró sobre sus manos.

“…Te agradezco el no haberme matado en ese entonces. Aunque, es posible que no lo hayas hecho por un capricho”

La Dama sonríe un poco después de escuchar las palabras de Belgriff.

“No hay razón para matar a un padre que protege a sus hijos, ¿verdad?

“… Dices la verdad. Tal como usted protege a sus propios hijos, honorable Dama.”

Al ver a los Yukinko bailando mientras gritaban alegremente. Belgriff no pudo evitar sonreír. Angie básicamente lo había salvado hace diez años.

La nieve sigue cayendo sin debilitarse. Belgriff se estremeció a causa del frío. Si los Yukinko se están divirtiendo tanto en este lugar, la Dama de Invierno se quedará aquí por un tiempo.

“Si estás aquí, no tengo que seguir patrullando, así que me iré a casa.”

“No soy una deidad guardiana de este pueblo, mortal.”

“Solo voy a aprovechar tu presencia en este lugar, por favor, no te enojes.”

“… Te daré una advertencia”

De repente, su voz se vuelve aún más fría. Belgriff, que ya está mirando hacia el otro lado, se gira nuevamente con movimientos cuidadosos, se estrecha y mira a la Dama del Invierno. La Dama está mirando directamente a Belgriff.

“Aquellos que intentaron gobernarlo todo, incluso el invierno, están a punto de despertar.”

“…¿Eso tiene algo que ver con el creciente número de bestias mágicas?”

“Nosotros no nos preocupamos por cosas como esa”

Belgriff continúa mirando a la Dama directamente a los ojos.

“Dama… ¿Qué va a hacer? ¿Quiere que hagamos algo al respecto?

La Dama de Invierno sacude su cabeza gentilmente.

“Solo estamos transmitiendo un mensaje.”

“… Gracias por su advertencia. Lo tendré en cuenta.”

Este poderoso espíritu no diría algo así sin un significado más profundo. Pero, tal vez debido al frío, la cabeza de Belgriff no puede pensar con claridad. Por ahora, él debe regresar a casa y calentarse un poco.

Belgriff gira sobre sus talones y se aleja con pasos lentos y reflexivos.

Las alegres voces de los Yukinko continúan resonando en la nieve

Agradecimientos a mis patrones:
Steigende sonne
Goldy David

Traducido por: Lost

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